En los intentos de responder hoy a la cuestión sobre qué significa conocer, la pura crítica de la razón aparece ya como algo demasiado restringido. Por ello, se ha ampliado con caracterizaciones variadas que incluyen factores tan determinantes como el lenguaje, los intereses, las tradiciones culturales, lo pulsional o lo emotivo. En la primera parte de este libro se analizan las formulaciones históricas más significativas de la teoría filosófica del conocimiento en su búsqueda del origen de los objetos del saber en las estructuras que garantizan la validez de estos objetos. En la segunda se presentan los planteamientos cuyo denominador común es la idea de que la determinación conceptual de cualquier contenido cognoscitivo coincide con su fijación en una forma específica de lenguaje. Así, desde este giro lingüístico, la tradicional “crítica de la razón científica” se convierte en “crítica de la civilización”, o sea, en una investigación sobre las formas específicas de la civilización h
Denota la posibilidad de que ocurra o sea cierto lo que se expresa