SINOPSIS:
Desde finales de los años cuarenta el gran escritor peruano Julio Ramón Ribeyro fue dando forma a un diario personal que lo acompañó durante múltiples viajes y estancias en España, Francia, Alemania, Bélgica y Perú. Obra colosal, originariamente no destinada a su publicación, se proyecta como uno de los testimonios más intensos y conmovedores del itinerario vital y creativo de un escritor.
Inéditos hasta la fecha en nuestro país, estos diarios que abarcan el periodo 1950-1978 ponen por primera vez al alcance del lector español un paisaje literario fascinante, el que enmarca la vida y la obra de un narrador excepcional. En estas páginas se podrá encontrar a Ribeyro al desnudo, expuesto a los avatares de la cotidianidad, aunque con una asombrosa conciencia artística de su oficio literario.
«El diario -dice el propio Ribeyro- se convirtió para mí en una necesidad, en una compañía y en un complemento a mi actividad estrictamente literaria. Más aún, pasó a formar parte de mi actividad literaria, tejiéndose entre mi diario y mi obra de ficción una apretada trama de reflejos y reenvíos.» La tentación del fracaso es una lectura apasionante, una obra imprescindible en la trayectoria de uno de los más notables cuentistas hispanoamericanos y es, sin duda, uno de sus logros más significativos.
Su narrativa breve ha sido reunida en La palabra del mudo (1973), La juventud en la otra ribera (1983) y en Cuentos completos (1994). También ha publicado las novelas Crónica de San Gabriel (1960), Los geniecillos dominicales (1965) y Cambio de guardia (1976); una recopilación de ensayos y artículos literarios, La caza sutil (1975); los textos aforísticos Dichos de Luder (1989); sus diarios, La tentación del fracaso (1992-1995; Seix Barral, 2003); y las piezas teatrales recogidas en Teatro (1975) y Atusparia (1981).
Inéditos hasta la fecha en nuestro país, estos diarios que abarcan el periodo 1950-1978 ponen por primera vez al alcance del lector español un paisaje literario fascinante, el que enmarca la vida y la obra de un narrador excepcional. En estas páginas se podrá encontrar a Ribeyro al desnudo, expuesto a los avatares de la cotidianidad, aunque con una asombrosa conciencia artística de su oficio literario.
«El diario -dice el propio Ribeyro- se convirtió para mí en una necesidad, en una compañía y en un complemento a mi actividad estrictamente literaria. Más aún, pasó a formar parte de mi actividad literaria, tejiéndose entre mi diario y mi obra de ficción una apretada trama de reflejos y reenvíos.» La tentación del fracaso es una lectura apasionante, una obra imprescindible en la trayectoria de uno de los más notables cuentistas hispanoamericanos y es, sin duda, uno de sus logros más significativos.
Julio Ramón Ribeyro estudió Letras y Derecho en la Universidad Católica de Lima. En 1960 emigró a París, donde trabajó como periodista en France Presse y, posteriormente, como consejero cultural y embajador ante la UNESCO. Sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas y ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 1983, el Nacional de Cultura en 1993, ambos en Perú, y el Juan Rulfo en 1994. Dueño de una obra que toca una inmensa gama de registros, su producción cuentística es una de las más fecundas y significativas del siglo XX. Entre sus colecciones de relatos figuran Los gallinazos sin plumas (1954), Cuentos de circunstancias (1958), Las botellas y los hombres (1964), Tres historias sublevantes (1964), Los cautivos (1972), El próximo mes me nivelo (1972), Silvio en El Rosedal (1977), Sólo para fumadores (1987) y Relatos santacrucinos (1992).
Su narrativa breve ha sido reunida en La palabra del mudo (1973), La juventud en la otra ribera (1983) y en Cuentos completos (1994). También ha publicado las novelas Crónica de San Gabriel (1960), Los geniecillos dominicales (1965) y Cambio de guardia (1976); una recopilación de ensayos y artículos literarios, La caza sutil (1975); los textos aforísticos Dichos de Luder (1989); sus diarios, La tentación del fracaso (1992-1995; Seix Barral, 2003); y las piezas teatrales recogidas en Teatro (1975) y Atusparia (1981).
Fuente: Seix Barral
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